domingo, 24 de mayo de 2009

Profecías bíblicas sobre Muhammad

Las profecías bíblicas sobre el advenimiento del Profeta Muhammad (SAW) son evidencia de la verdad del Islam para las personas que creen en la misma. En Deuteronomio 18, Moisés afirmó que Dios le dijo: “Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.” (Deuteronomio 18:18-19 RVR1960).

Concluimos de estos versos que el profeta ha ser mandado por Dios debe reunir las siguientes tres características:

  1. Él será como Moisés.
  2. Él será de entre los hermanos de los israelitas; o sea los
    ismaelitas.
  3. Que Dios pondrá Sus palabras en la boca de este profeta
    y que éste declarará lo que Dios le ordene.

Examinemos las tres características más a fondo:

1. Un profeta igual a Moisés:
Difícilmente han existido dos profetas que hayan sido tan parecidos como Moisés y Muhammad (SAW). Ambos recibieron una ley comprensible y un código de vida. Ambos se enfrentaron a sus enemigos y obtuvieron la victoria sobre ellos de una forma milagrosa. Ambos fueron aceptados como profetas y hombres de estado. Ambos emigraron a consecuencia de conspiraciones de asesinato contra ellos. Las analogías entre Jesús y Moisés no sólo no contemplan las anteriormente citadas similitudes sino que tampoco contemplan otras aún más cruciales. Estas incluyen el nacimiento natural, vida familiar y muerte de Moisés y Muhammad (SAW) a diferencia de Jesús. Más aún, Jesús fue tomado por sus seguidores como el hijo de Dios y no exclusivamente como un profeta de Dios, que es como Moisés y Muhammad fueron tomados y como los musulmanes considera a Jesús. Entonces, esta profecía se refiere al Profeta Muhammad (SAW) y no a Jesús, porque Muhammad (SAW) es más parecido a Moisés que Jesús, con relación a los puntos anteriormente mencionados. También uno se da cuenta al leer el evangelio de Juan que los judíos estaban esperando el cumplimiento de tres distintas profecías. La primera era la llegada de Cristo. La segunda era la venida de Elías. La tercera era la venida del Profeta. Esto se hace claro debido a las tres preguntas que le fueron hechas a Juan el Bautista: “... Los Judíos de Jerusalén habían enviado donde Juan algunos sacerdotes y levitas para que le preguntaran:


“¿Quién eres tú?”. Juan aceptó decírselo y no lo negó. Declaró: “Yo no soy el Cristo”. Le dijeron: “Entonces, ¿quién eres?, ¿Elías?” Contestó: “Yo no soy Elías”. Le dijeron: “ ¿Eres el Profeta?”. Contestó “No” (Juan 1:19-21). Si buscamos en una Biblia que tenga referencias encontraremos en las notas marginales que las palabras “el Profeta” en Juan 1:21, se refieren a la profecía de Deuteronomio 18:15 y 18:18.1 Concluimos de todo ésto que la profecía de Deuteronomio 18:18 no se refiere a Jesús sino a Muhammad (SAW).

2. De entre los “hermanos” de los israelitas:
Abraham tuvo dos hijos, Ismael e Isaac (Génesis 21). Ismael se convirtió en el padre de la nación árabe, e Isaac se convirtió en el padre de la nación judía. El profeta del que habla Deuteronomio no proviene de entre los judíos mismos; sino de entre sus hermanos; o sea los Ismaelitas. Muhammad , un descendiente de Ismael, es de hecho este profeta. También Isaías 42:1-13 habla sobre el siervo de Dios, Su “Siervo” y “Escogido” quien habrá de traer una ley. “No se desanimará ni desfallecerá hasta que haya establecido en la tierra la justicia, y su ley esperarán las costas” (Isaías 42:4 LBLA). El versículo 11 conecta a ese esperado mensajero con los descendientes de Cedar. ¿Quién es Cedar? Según Génesis 25:13, Cedar fue el segundo hijo de Ismael, el ancestro del Profeta Muhammad (SAW).

3. Dios pondrá Sus palabras en la boca de este profeta:
Las palabras de Dios (el Sagrado Corán) fueron verdaderamente puestas o colocadas en la boca de Muhammad Dios envió al Arcángel Gabriel para que le enseñara a Muhammad (SAW)las palabras exactas de Dios (el Sagrado Corán) y le ordenó que las dictara a la gente tal y como las había oído. Las palabras no son, por lo tanto, suyas. Estas no provenían de sus propios pensamientos, sino que fueron puestas en su boca por el Arcángel. Durante la vida de Muhammad (SAW), y bajo su supervisión, estas palabras fueron memorizadas y escritas por sus compañeros. También, esta profecía en Deuteronomio menciona que este profeta hablará las palabras de Dios en el nombre de Dios. Si damos un vistazo al Sagrado Corán, encontraremos que todos sus capítulos, excepto el Capítulo 9, están precedidos o empiezan con la frase “En el nombre de Dios, el Misericordioso, el Compasivo.”


Otra indicación (aparte de la profecía en Deuteronomio) es que Isaías relaciona al mensajero conectado con Cedar con un nuevo cántico (una escritura en un nuevo idioma) que ha de ser cantado al Señor (Isaías 42:10-11). Esto se ve mencionado más claramente en la profecía de Isaías: “y en lengua extranjera, El hablará a este pueblo” (Isaías 28:11 LBLA). Otro punto relacionado, es que el Corán fue revelado en diferentes lugares y por partes en un período de 23 años. Es interesante comparar esto con Isaías 28 que habla sobre la misma cosa, “Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá.” (Isaías 28:10 RVR1960).


Note que Dios dijo en el verso anterior a la profecía en Deuteronomio 18:18, “Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta” (Deuteronomio 18:19 RVR1960). Esto significa que quien cree en la Biblia debe creer en lo que este profeta dice, y este profeta es Muhammad (SAW).

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